Algo que he aprendido durante
estos años y que he reforzado en estos últimos meses es: tú siempre eliges, pero no puedes elegir cambiar a los demás. Por el contrario,
si puedes cambiarte a ti mismo.
No es tu aptitud, sino tu
actitud, lo que determina tu altitud. He leído esta frase muchísimas veces en
las redes sociales, aunque no recuerdo quién es su autor. Y es bien cierto,
nuestros comportamientos ante una situación son los que nos pondrán en el
lugar que nos merecemos estar, así de simple.
Hay una parábola que me encanta y
resume muy bien este fundamento.
Un chico se acercó a una obra y
observó a los tres albañiles que trabajaban en ella. «¿Qué hace?», preguntó al
primero. «Amontonar unos ladrillos», contestó malhumorado. Se dirigió hacia el
segundo. «¿Qué hace?». «Levantar una pared, ¿no lo ve?», replicó igual de
enfadado. Finalmente se dirigió al último. «¿Qué hace?». A diferencia de los
dos primeros, éste sonrió y dijo: «Construyo un hospital para niños»
Y es cierto, “Al hombre se le puede arrebatar todo, excepto la actitud con la que
se enfrenta a sus circunstancias”. Viktor Frankl
Por eso me apasiona el coaching, porque parte de la base de un deseo de cambio de las personas. El coaching, es consciente del potencial del ser humano. El coach se dispone a acompañar a su cliente hacia el descubrimiento de su abanico de posibilidades, para que así pueda eligir la opción más adecuada respecto a su objetivo en este momento de su vida.
¡¡¡Elige tu viaje!!! ¡¡¡Estaré encantada de acompañarte hacia tu destino!!!
coralgm8@gmail.com
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