jueves, 6 de agosto de 2015

Si te centras en el ahora, los problemas desaparecen.



En coaching, no hablamos de problemas, hablamos de soluciones, de recursos, de herramientas, de misión, de visión, de planes de tareas o planes de acción. No juzgamos y nuestra premisa es acompañar a nuestros clientes a que tomen sus propias decisiones, y que nada ni nadie les limite a acatarlas. Transformamos los problemas en soluciones, haciendo consciente al cliente de su realidad actual, de su potencial e invitándolo a que construya el futuro que desea disfrutar.

También es muy importante saber filtrar lo que no depende de uno mismo. Cómo te sientes, depende de ti. Cómo reaccionas, depende de ti. Cómo buscas una alternativa, depende de ti.  Esa es la clave de todo.

Me apetece compartir un cuento con vosotros que a mi me ha encantado.

EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS

Un carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y después su antiguo camión se negó a arrancar.

Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el coche.

Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes. "Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó.

“Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez”

”Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”

Moraleja: Si te centras en el ahora, los problemas desaparecen.

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