martes, 25 de agosto de 2015

El Parto Emocional



A casi todos nos han educado para reconocer emociones buenas o malas, y parece que no es lícito simplemente aceptarlas. No hay emociones positivas o negativas, todas nos aportan información importante y la clave es saber qué hacer con ellas. 

En la gestión de las emociones la competencia principal es la autoconciencia. Sobre ella, vamos a construir todas las demás emociones.

Darse cuenta de lo que sentimos es muy importante. Y más importante es darse cuenta de que no existen cambios sin dolor, es algo que hay que experimentar para crecer como seres humanos.

“La inteligencia emocional no es lo contrario de la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza. Es la única intersección de ambas”. David Carusso.

Una buena gestión de las emociones significa que las transformaremos en energía, y sin embargo, una mala gestión nos puede llevar a nuestra autodestrucción.  Pongamos un ejemplo, la ira es una emoción básica, y puede ocurrir que al no saberla gestionar, no sacarla y taparla, se convierta en resentimiento y odio. Por otro lado, hasta la alegría es peligrosa si la expresamos en un plano inconveniente y fuera de contexto.

Hablo de “parto emocional” porque la toma de conciencia en el conocimiento de nuestras emociones, transformarán nuestras actitudes y comportamientos, y por lo tanto, nos empujará a esos cambios que necesitamos y queremos conseguir.

“Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás”. Daniel Goleman.

lunes, 10 de agosto de 2015

¿Y si en vez de enfocarnos en los problemas, buscamos soluciones?


Acabo de ir a google y he puesto la palabra “problemas”. Google me ha dicho que tiene aproximadamente 359.000.000 resultados (hagáis la prueba). He hecho lo mismo con la palabra “soluciones” y me he quedado con la boca abierta… aproximadamente 119.000.000 de resultados. ¿Qué nos está pasando? La respuesta es muy sencilla, nos enfocamos en los problemas y por lo tanto no podemos obtener otro resultado que más problemas.

Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta aquellos que creas más exteriores y materiales. Amado Nervo


Comparto un cuento que refleja una gran enseñanza: “El Problema”

Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un monasterio zen. Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo. El gran maestro reunió a todos sus discípulos para escoger a quien tendría ese honor. “Voy a presentarles un problema —dijo—. Aquel que lo resuelva primero será el nuevo guardián del templo”.
Trajo al centro de la sala un banco, puso sobre este un enorme y hermoso florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló: “Este es el problema”.
Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor... ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban paralizados. Después de algunos minutos, un alumno se levantó, miró al maestro y a los demás discípulos, caminó hacia el florero con determinación y lo tiró al suelo.
“Usted es el nuevo guardián —le dijo el gran maestro, y explicó—: Yo fui muy claro, les dije que estaban delante de un problema. No importa qué tan bellos y fascinantes sean, los problemas tienen que ser resueltos. Puede tratarse de un florero de porcelana muy raro, un bello amor que ya no tiene sentido, un camino que debemos abandonar pero que insistimos en recorrer porque nos trae comodidades.

Cuando nos dicen tengo un problema, tendemos a decir: -espera que te cuente yo el mío. No escuchamos, pero además tampoco buscamos la solución, nos da por darle vueltas y vueltas, analizarlos, comentarlos… y vuelta a empezar. Sin salir de ese círculo vicioso.

Moraleja: Si tienes un problema, busca la solución. Y la solución la tiene tu corazón.

jueves, 6 de agosto de 2015

Si te centras en el ahora, los problemas desaparecen.



En coaching, no hablamos de problemas, hablamos de soluciones, de recursos, de herramientas, de misión, de visión, de planes de tareas o planes de acción. No juzgamos y nuestra premisa es acompañar a nuestros clientes a que tomen sus propias decisiones, y que nada ni nadie les limite a acatarlas. Transformamos los problemas en soluciones, haciendo consciente al cliente de su realidad actual, de su potencial e invitándolo a que construya el futuro que desea disfrutar.

También es muy importante saber filtrar lo que no depende de uno mismo. Cómo te sientes, depende de ti. Cómo reaccionas, depende de ti. Cómo buscas una alternativa, depende de ti.  Esa es la clave de todo.

Me apetece compartir un cuento con vosotros que a mi me ha encantado.

EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS

Un carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y después su antiguo camión se negó a arrancar.

Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el coche.

Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes. "Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó.

“Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez”

”Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”

Moraleja: Si te centras en el ahora, los problemas desaparecen.

martes, 21 de julio de 2015

¿Paras los goles o te enfocas en marcarlos?



Durante mucho tiempo fui una persona desenfocada. Sí, mi mayor saboteador es el desenfoque. Pero un día me di cuenta de ello, busqué ayuda a través del coaching y empecé a trabajar en equilibrarlo. Me desenfocaba en actividades creativas. Daba igual si se trataba de hacer una tarta, una manualidad, decorar una camiseta; eso era lo de menos para mi saboteador. Lo importante para él era sacarme del proyecto en el que estaba trabajando para protegerme. Claro, si avanzaba en el proyecto me podía equivocar y podía sufrir; y eso él no lo podía tolerar. Así han pasado muchos años de un tira y afloja entre querer y no poder, avanzar y retroceder. Me doy cuenta que este comportamiento limitante es común en muchos de mis clientes de coaching.




En el día a día nos enfocamos en parar goles, y pararlos cansa muchísimo. Y claro está, también nos meten muchos. Desde esa perspectiva, estamos para pararlos, no para marcarlos.

“No puedes confiar en tus ojos cuando tu imaginación está desenfocada.” – Mark Twain

Cuando por el contrario, nos enfocamos en marcar goles, la cosa cambia. Es muy importante ser consciente en que nos enfocamos. Generar contenidos o contextos en vez de hacer que la vida nos dirija, elegir tu frecuencia y tu canal.

¿Cuántos goles te gustaría marcar? Gooollll

Jijiji. Muchas gracias por visitar mi blog. Nos vemos pronto. Un abrazo.

Coral García
Coach Personal y de Equipos
coralgm8@gmail.com
620519899

martes, 14 de julio de 2015

Perdonar, pero perdonar de verdad



Nos pasa a la mayoría de seres humanos, lo veo día a día con mis clientes en las sesiones de coaching. Nos cuesta perdonar. Y la razón principal es porque tenemos confundido el término. El perdón no es una confesión de debilidad, al contrario, es un acto de coraje. A veces, nos cuesta perdonar porque no somos capaces de perdonarnos a nosotros mismos. Y como consecuencia, tampoco sabemos pedir perdón.


El perdón es un proceso y hay que realizarlo de manera honesta, sincera y transparente. Perdonamos porque amamos, es así de sencillo. Pero muchas veces también confundimos la palabra amor.

Deshacernos de la carga emocional que nos brinda el perdón no tiene precio. Nos debemos hacer una pregunta, ¿cómo nos sentiremos con esa descarga emocional?

"Perdonar es un proceso.
Perdonamos poco a poco,
mientras seguimos adelante con nuestras vidas.
A cada paso que avanzamos en el camino del perdón,
nos sentimos más libres".
Mary Manin Morrissey.

¿Cuánto anelas tu libertad? ¿Perdonamos? ¿Pedimos perdón? ¿Nos perdonamos?
Pues desde aquí: me perdono, perdono y pido perdón.

Muchas gracias por la visita. Nos vemos en el próximo post. Un abrazo.